“Es un hecho asombroso y digno de reflexión que todo ser humano esté
constituido de tal forma que siempre haya de ser un profundo secreto y un
misterio para sus semejantes. Cuantas
veces entro de noche en una gran ciudad, pienso muy seriamente que todas y cada
una de aquellas casas apiñadas en la sombra encierran su propio secreto; que
cada habitación de cada una de ellas encierra su propio secreto; que cada
corazón singular que late en los cientos de miles de pechos que los habitan es,
en algunos de sus ensueños y pensamientos, un secreto impenetrable para el
corazón más próximo.”
Del libro "Historia de dos ciudades", de Charles Dickens
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