"¡Sí!
Noche eterna y tenebrosa fue para mí,
noche turbada por el recuerdo de tantas esperanzas desvanecidas, de tantas
ilusiones no realizadas, de tantos errores cometidos, de tantas penas sufridas.
Salí de
Inglaterra sin darme todavía cuenta exacta de la violencia brutal del golpe
recibido, cuyas consecuencias debía soportar. Me despedí de todas las personas
que me eran queridas y me ausenté, creyendo que con irme estaba todo terminado.
A la manera que el soldado que recibe una herida mortal en el campo de batalla,
no se apercibe casi de que ha sido herido, así yo, al alejarme de los míos y
quedar a solas con mi corazón indisciplinado, no me daba cuenta de la
importancia y profundidad de la herida con que iba a tener que luchar.
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