domingo, 4 de marzo de 2012

Del ensayo "Caminatas Nocturnas" de Dickens

"Are not the sane and the insane equal at night as the sane lie a dreaming? Are not all of us outside this hospital, who dream, more or less in the condition of those inside it, every night of our lives? Are we not nightly persuaded, as they daily are, that we associate preposterously with kings and queens, emperors and empresses, and notabilities of all sorts? Do we not nightly jumble events and personages and times and places, as these do daily? Are we not sometimes troubled by our own sleeping inconsistencies, and do we not vexedly try to account for them or excuse them, just as these do sometimes in respect of their waking delusions? Said an afflicted man to me, when I was last in a hospital like this, "Sir, I can frequently fly." I was half ashamed to reflect that so could I by night. Said a woman to me on the same occasion, "Queen Victoria frequently comes to dine with me, and her Majesty and I dine off peaches and maccaroni in our night-gowns, and his Royal Highness the Prince Consort does us the honour to make a third on horseback in a Field-Marshal`s uniform." Could I refrain from reddening with consciousness when I remembered the amazing royal parties I myself had given (at night), the unaccountable viands I had put on table, and my extraordinary manner of conducting myself on those distinguished occasions? I wonder that the great master who knew everything, when he called Sleep the death of each day's life, did not call Dreams the insanity of each day`s sanity."


"¿No es igual la condición de los cuerdos y de los dementes cuando los cuerdos en la noche se mienten en un sueño?   ¿No tenemos todos los que estamos fuera de este hospital, todos los que soñamos, más o menos la misma condición de los de adentro, cada noche de nuestras vidas?  ¿No somos nosotros ligeramente persuadidos en la noche, como ellos lo son en el día, de que estamos vinculados absurdamente con reyes y reinas, emperadores y emperatrices, y seres notables de todas las clases? ¿No nos conflictuamos a veces por nuestras propias incosistencias sufridas en el sueño y no tratamos desconcertados de explicarnos o justificarlos, de la misma manera como ellos lo son de sus delirios al estar despiertos?   Cuando estuve en un hospital así, un hombre internado me dijo, 'Caballero, frecuentemente yo soy capaz volar.'  Yo me avergoncé al pensar que yo también puedo volar en la noche. En la misma ocasión una mujer me dijo, 'La Reina Victoria viene frecuentemente a cenar conmigo, y su Majestad y yo cenamos duraznos y macarrones en nuestros vestidos de noche, y su Real Alteza el Príncipe Consorte nos hace el honor de acompañarnos a caballo en su uniforme.' Como puedo no enrojecer al recordar las increibles fiestas reales que yo mismo he ofrecido (en la noche), las incontables viandas que he puesto en la mesa, y mis maneras extraordinarias de comportarme en estas distinguidas ocasiones? Yo me pregunto la razón por la que el gran maestro que conocía todo y que llamó al sueño la muerte de cada día, no bautizó a los sueños como la demencia de la cordura diaria."

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