miércoles, 28 de marzo de 2012

ANA KARENINA


Empantanada como estoy con los múltiples nombres que Tolstoi da a un sólo personaje en su novela “Guerra y paz”, decidí darme un respiro momentáneo.  Tomé el libro “Ana Karenina” porque no recordaba si esta novela que me parece disfruté mucho, me dio los mismos problemas de reconocimiento de sus personajes.  Aprovechando el domingo, me senté al sol que esta primavera me ha regalado por cuatro días consecutivos, dando a este marzo unas temperaturas inusitadas para Inglaterra, con tan mala fama en lo que a clima se refiere.  Abrí el libro y fui recordando a los personajes; comprobé que no es confuso seguirlos porque no son tantos y porque Tolstoi tiene la consideración de no llamarlos de diferente manera. 

Empecé a releer los textos que resalté durante mi lectura del año 2001 y recordé claramente las emociones ambivalentes que sentí al leer la novela.  Ana Karenina no es precisamente uno de mis personajes favoritos.  Debo admitir que, tanto ella como Mdme. Bovary, me producen un interno rechazo; existe una Inés conservadora dentro de mí, que las juzga considerándolas mujeres caprichosas y egoístas que no les importa provocar dolor a quienes las rodean.  La otra Inés que también me habita, defiende la igualdad entre hombres y mujeres y apoya a Ana.  Esta Inés se empeña en creer que la mujer tiene derecho a seguir sus sueños y a luchar por darle un sentido a su vida, sin importar lo que la sociedad estipule, o lo que le suceda al marido (que en el caso de Ana Karenina es bueno y provoca mucha compasión), o que haga un papel negligente como madre.  La Inés bien portada rechaza todo esto, porque para ella, la prioridad de una mujer que ha traído a un hijo al mundo es ser una buena madre.

Estas dos partes de mí también discutieron sobre el triángulo amoroso, aquel que nace de la eterna insensatez humana, esa que nos hace enamorarnos justo del que no debemos, la que nos hace desear conocer el peligro de lo prohibido, esa que nos invita a saborear la angustia que produce la lucha interna cuando estamos por tomar una decisión.  ¿Cómo saber si es mejor dar rienda suelta a la pasión y dejarnos llevar hacia aguas profundas y desconocidas, o si es mejor quedarse en la seguridad de la orilla cumpliendo con el deber adquirido?  ¿Qué será peor, arrepentirse por lo que hicimos o por lo que no nos permitimos hacer?

León Tólstoi al crear a Ana Karenina nos regala una historia cautivadora que describe el alma y la condición humana, con metáforas tan claras y realistas que deslumbran.  Espero que con los siguientes extractos, ustedes puedan disfrutar de una novela que vale la pena leerla y releerla aunque despierte discusiones éticas y morales con ustedes mismos


“Todas las familias felices se parecen entre sí, pero cada familia desdichada ofrece un carácter peculiar.”

“¿Qué le reservaba el porvenir? No lo sabía; no pretendía adivinarlo. Sólo sentía que todas sus fuerzas, desperdigadas hasta entonces al azar de la vida corriente, convergían con terrible energía hacia un solo objetivo.”

“Al principio, Ana se creía sinceramente molesta por el acoso al que le sometía Wrosky.  Sin embargo, una noche, a poco de volver de Moscú, asistió a una velada en la que, contando encontrarle, no lo encontró, y hubo de reconocer por la tristeza que experimentaba, que se había engañado, y que las asiduidades de Wronsky no solo no la molestaban, sino que constituían todo el  interés de su vida.”

“Ana entró jugueteando con las borlas de su capucha y con la cabeza inclinada y el rostro radiante, pero no de alegría.  Era más bien, la irradiación de un incendio en una noche oscura.”

“Alejo Alejandrovitch aseguraba que nunca había tenido tantos asuntos importantes en su oficina como aquel año; pero no quería confesar que se los creaba él mismo, a fin de no encontrar ocasiones de abrir aquel secreto estuche de su corazón que contenía sus sentimientos, tanto más exacerbados cuanto más largo tiempo reprimidos.”

“Pero al quedar solo en el coche, Alejo Alejandrovitch, con gran sorpresa y alegría, se sintió libre de aquella compasión, de las dudas y de los celos que últimamente le atormentaban.  Experimentaba la misma sensación de un hombre a quien han arrancado una muela que le doliera desde mucho tiempo; tras el terrible dolor y de la sensación de haberle arrancado de la mandíbula algo más grande que su cabeza, el paciente nota de pronto, sin creer aun en su felicidad, que no existe ya lo que durante tanto tiempo le amargaba la vida y ocupaba toda su atención, impidiéndole pensar e interesarse por otras cosas,...”

“Además, sufría y empezaba a sentir temor ante aquel terrible estado de ánimo que nunca hasta entonces experimentara. Parecíale como si en su alma todo comenzara a desdoblarse, como a veces se desdoblan los objetos ante una vista cansada.  No sabía ya lo que temía ni lo que deseaba. ¿Temía al pasado o al porvenir? ¿Qué es lo que quería?”

“En realidad se le había olvidado considerar un pequeño detalle de la vida: que la muerte llegaría y terminaría todo, que no merecía la pena de emprender nada y que contra la muerte nada se podía hacer. Era terrible, pero era así.”

“Wronsky no los visitaba nunca; Ana le veía muy a menudo fuera, y el marido lo sabía.  Los tres sufrían a consecuencia de esta situación, que hubiese sido intolerable si cada uno de ellos no la creyera transitoria.”

“... toda nuestra existencia es como un moho que ha crecido sobre nuestro minúsculo planeta.”

“Se daba cuenta de que, además de la bondadosa fuerza moral que guiaba su alma, había otra, vulgar, tan fuerte o más que guiaba su vida y que no le daba tregua ni paz.”

”Karenin pronunció estas palabras con dignificad, pero comprendió que la dignidad era incompatible con la situación creada por las circunstancias.” 

“A pesar de ciertos encantos imprevistos, a un hombre que habiendo admirado la marcha tranquila y regular de una barca sobre un lago quisiera dirigirla por sí mismo, sentía la diferencia que existe entre la simple contemplación y la acción.  Se daba cuenta de que no bastaba con guardar el equilibrio, limitándose a no balancearse; era preciso no olvidar ni un solo momento el rumbo, ni que había agua debajo, que se debía remar y que dolían las manos no acostumbradas a ello.  En pocas palabras: aquello era muy fácil de contemplar, pero difícil de hacer, a pesar de ser muy agradable.”

“A pesar de su experiencia mundana, Wronsky caía en un error singular.  Él que debía comprender mejor que otro cualquiera que la sociedad le habría de cerrar puertas, figuró por un extraño efecto de imaginación que la opinión pública, libre ya de los antiguos prejuicios, habría debido sufrir la influencia del progreso general.”

“Una persona puede estar sentada con las piernas encogidas y sin cambiar de posición por espacio de varias horas si sabe que nadie le impedirá cambiar de postura; pero sabiendo que debe hacerlo por imposición tendrá calambres y le temblarán las piernas, moviéndose hacia el lugar en que le gustaría estirarlas. Lo mismo experimentaba Wronsky respecto a la sociedad; aunque en el fondo de su alma sabía que el gran mundo estaba cerrado para ellos, quería probar si con el cambio lo aceptarían.  No tardó en darse cuenta de que la sociedad estaba dispuesta a recibirlo a él, pero no a Ana.  Como en el juego del gato y del ratón, los brazos que se alzaban para acogerlo, se bajaban ante Ana.”

“Para emprender algo en la vida familiar, es preciso que exista entre los cónyuges un completo acuerdo basado en el amor, o bien una separación total.  Si las relaciones entre los cónyuges son indefinidas y no se desenvuelven en ninguna de aquellas situaciones, nada puede llevarse a cabo de un modo satisfactorio.
Se ven muchos matrimonios que pasan años enteros en situaciones desagradables e incómodas, sólo por no tomar una decisión cualquiera.
Wronsky y Ana habían llegado a ese extremo.”

“Allí – se dijo mirando la sombra proyectada por el vagón en la arena mezclada de carbón que cubría las traviesas – allí encontraré el fin de mi tormento y su castigo.”

“Y la luz que para la infortunada había iluminado el libro de la vida con sus inquietudes, sus falsedades y sus dolores, brilló por un instante con más vivo resplandor desgarrando las tinieblas. Luego chisporroteó y se apagó para siempre.”


Falmer, 25 de marzo del 2012

No hay comentarios:

Publicar un comentario